27.5.08

Una fotografía antigua

Entre olas de páginas, entre la espuma azulada del buscador encontré un cristal perdido, anónimo para el mar pero no para el náufrago. Una imagen antigua sin aristas de cristal, sin color por el roce de la arena. Una fotografía de mi padre entre olas y espumas, caminos y ecos apagados. Tenía siete años y la mirada viva en el alma, envuelta en la vanidad de un maestro de la República.

19.5.08

Cráneo (Javier Almuzara)

Os presento hoy un poema sobrecogedor.

CRÁNEO, 1953
(Luis Fernández)
El negativo de un autorretrato.
Una cara sincera, despojada
de su cándida máscara de piel.
El duro casco inútil
del soldado caído.
Un trofeo sin gloria
en manos de la noche inevitable.
La casa del gusano.
El cuerpo de una idea que perdura
–la nada es para siempre–
donde hacía su vida el pensamiento.

Constantes vitales, 2004

15.5.08

El cuaderno rojo

Reservé aquel cuaderno rojo
con la intención de llenarlo de trastos y memorias.
Era tanto lo que quería decir
que lo aparté de mí.
Tal vez me dolía demasiado lo que no puse,
lo que quise escribir.
Era tanto y tan frágil.
Pensé que era inútil
ocupar su espacio con imágenes y alabardas oxidadas,
de pensamientos que vagan
de servilleta en servilleta,
de cuadrícula en cuadrícula.
¡Maldito cuaderno cargado de palabras que ya no están!
Han pasado muchos cuadernos
en blanco
y no consigo traspasar
la cota de malla de sus cuadrículas,
la espesura azulada de sus líneas…
Y sigo varado en la misma palabra,
en la mismas arenas de silencio.
Años, cuadrículas, elipsis interminables
que no me dejan vivir.
¿Qué no decir?, ¿cómo callar
lo que no existe,
lo que se esconde en un vacío blanco, sin sombras?

14.5.08

En la mitad del camino de la vida


Después de crear el blog me quedé mudo: "y ahora qué pongo", pensé. Con el tiempo he retomado esta tarea con cierto entusiasmo, aunque sé de mi desidia y falta de constancia. Pese a ello, empiezo con un poeta, el poeta, don Blas, sin duda imprescindible en los anaqueles de cualquier biblioteca. Lo he seleccionado porque representa una actitud ante la vida que todos hemos o habremos de pasar. Así, como Dante Alighieri (Nel mezzo del cammin di nostra vita), el poeta se asoma a sus días pasados y mira con optimismo lo que le queda por venir: Y me eché a caminar, ahondando el paso...

Después de tanto andar, paré en el centro
de la vida: miraba los caminos
largos, atrás; los soles diamantinos,
las lunas plateadas, la luz dentro.
Paré y miré. Saliéronme al encuentro
los días y los años: cien destinos
unidos por mis pasos peregrinos,
embridados y ahondados desde adentro.
Cobré más libertad en la llanura,
más libertad sobre la nieve pura,
más libertad bajo el otoño grave.
Y me eché a caminar, ahondando el paso

hacia la luz dorada del ocaso,
mientras cantaba, levemente, un ave.

Blas de Otero