15.5.08

El cuaderno rojo

Reservé aquel cuaderno rojo
con la intención de llenarlo de trastos y memorias.
Era tanto lo que quería decir
que lo aparté de mí.
Tal vez me dolía demasiado lo que no puse,
lo que quise escribir.
Era tanto y tan frágil.
Pensé que era inútil
ocupar su espacio con imágenes y alabardas oxidadas,
de pensamientos que vagan
de servilleta en servilleta,
de cuadrícula en cuadrícula.
¡Maldito cuaderno cargado de palabras que ya no están!
Han pasado muchos cuadernos
en blanco
y no consigo traspasar
la cota de malla de sus cuadrículas,
la espesura azulada de sus líneas…
Y sigo varado en la misma palabra,
en la mismas arenas de silencio.
Años, cuadrículas, elipsis interminables
que no me dejan vivir.
¿Qué no decir?, ¿cómo callar
lo que no existe,
lo que se esconde en un vacío blanco, sin sombras?

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