14.5.08

En la mitad del camino de la vida


Después de crear el blog me quedé mudo: "y ahora qué pongo", pensé. Con el tiempo he retomado esta tarea con cierto entusiasmo, aunque sé de mi desidia y falta de constancia. Pese a ello, empiezo con un poeta, el poeta, don Blas, sin duda imprescindible en los anaqueles de cualquier biblioteca. Lo he seleccionado porque representa una actitud ante la vida que todos hemos o habremos de pasar. Así, como Dante Alighieri (Nel mezzo del cammin di nostra vita), el poeta se asoma a sus días pasados y mira con optimismo lo que le queda por venir: Y me eché a caminar, ahondando el paso...

Después de tanto andar, paré en el centro
de la vida: miraba los caminos
largos, atrás; los soles diamantinos,
las lunas plateadas, la luz dentro.
Paré y miré. Saliéronme al encuentro
los días y los años: cien destinos
unidos por mis pasos peregrinos,
embridados y ahondados desde adentro.
Cobré más libertad en la llanura,
más libertad sobre la nieve pura,
más libertad bajo el otoño grave.
Y me eché a caminar, ahondando el paso

hacia la luz dorada del ocaso,
mientras cantaba, levemente, un ave.

Blas de Otero

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