27.11.09

¿Eternidad?



Hasta hace un rato pensaba que en la vida había pocas cosas tan eternas como una hipoteca, pero acabo de recibir un mensaje del móvil que me confirma que me han pasado al cobro la penúltima mensualidad. ¿Ya han pasado quince años? ¿Seré eterno?
¿Me aplicará el banco alguna cláusula críptica que me obligue a seguir pagando las próximas reencarnaciones? ¿Les afectará a mis tataranietos?
Tiene que haber gato encerrado, no me fío. Lo mismo mi expediente no lo encuentren. La hipoteca se la pedí al Banco Hipotecario, que luego, por arte de magia, fue Caja Postal, más tarde Argentaria (por hacer un guiño a los clásicos) y momentáneamente BBVA. Esto me recuerda a los trileros de la calle Sierpes.

P.D.: Perdonad mi ausencia pero deberes familiares inexcusables no me han permitido ni permitirán en los próximos días leer vuestras entradas.

20.11.09

La agenda

La mafia colombiana, cumplido el último plazo insatisfecho, da fin a las preocupaciones. Siguiendo el instinto atávico de quienes desprecian lo que queda fuera de sus propias entrañas, buscan en la agenda del teléfono móvil del ajusticiado y llaman por orden alfabético a sus amigos, uno a uno. Solamente la vida tendrá valor, si paga la deuda, aunque no sea la suya.
Mi amigo A. no deja de pensar. Hace un mes que su jefe no aparece por el trabajo y su coche, calcinado, ha sido encontrado a 200 km de distancia. Alguien llama…

17.11.09

Enseñando haikus

Hace unas semanas, tomando un café mientras que llegaba la hora de inglés de mi hija, se me ocurrió, para entretenerla, enseñarle a hacer haikus. A pesar de su corta edad, una niña de “nuef” años, la experiencia fue muy gratificante. De hecho, la semana siguiente, sin que le yo dijera nada, ya tenía preparada una servilleta de la cafetería y un lápiz en la mano. Lógicamente, no pude negarme.
Al principio, como si fuera un duelo poético, buscamos imágenes de animales. Luego cada uno se inspiró en lo que quiso, faltaría más.

Ella:
Salamanquesas
trepan por todos lados.
Parecen monos.

Yo:
Salamanquesas,
grisáceas estatuas
que aman la noche.

Ella:
Se esconde el sol:
Los grillos con violín.
La luna canta.

Yo:
Un violín roto
suena en la oscuridad.
Un grillo llora.

Ella:
Baila la tierra,
El sol va dando vueltas.
Parece un vals.

Yo:
En el cristal,
las gotas divertidas
buscan el mar.

En este mundo
de hiatos, te busqué
como un diptongo.

15.11.09

La luz del faro

Tras el éxtasis de los amantes, una barbacana de sueño separa los cuerpos. La realidad cercena punto a punto el pozo profundo de los sentidos hasta recobrar la percepción cotidiana de la existencia.
Es de noche y un faro tartamudeante extiende su lenguaje de luces sobre la negritud informe. Es de noche otra vez.
Miro tu cuerpo silente que duerme con el reflejo parpadeante del cristal marino. Respiras. ¡Cómo respiras! Como si un hilo de olas blancas salpicara tu pecho…
Duermes pensando que la vida se nos va con la fuerza del viento, o de los besos.
Es de noche todavía y la marea de tu piel aún no se ha retirado. Sé que siempre te he querido, siempre, mientras que el faro repita su canto de sirenas y naufragios.
Es de noche y espero que nunca amanezca.

3.11.09

18 segundos

Es evidente que lo más importante en la vida humana es la audiencia. Que te lean con frecuencia, que tu facebook se abarrote, que te lluevan los SMS, que aparezcas en todos los buscadores terrícolas e interestelares es la finalidad básica de nuestra existencia. Al menos algo de ello debió de pensar el pobre Francisco Ayala.
Que el telediario del mediodía de Antena 3 le dedique una eternidad de 18 segundos a dar noticia de su muerte y de su vida, mientras que al llorado J.L. López Vázquez, muerto el día antes, se le dedican varios minutos y un enviado especial a la capilla ardiente, resulta, cuanto menos, vergonzante.
Si a un Premio Cervantes, a un Nacional de la Letras, a un Príncipe de Asturias, se le dedica una miseria de 18 segundos y a una diseñadora pseudomoderna que hace corsés casi dos minutos, algo raro está pasando.
Hablamos de Francisco Ayala, un escritor lúcido y crítico, un intelectual de primera línea, un exiliado que ha hecho patria por donde ha ido (Argentina, Brasil, Puerto Rico, EE.UU.). Ni siquiera por el hecho de haber estado escribiendo hasta los 103 años de edad ha merecido mayor gloria mediática. ¡España, país del mundo al revés!